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La inteligencia emocional agrupa un conjunto de habilidades psicológicas que permiten apreciar y expresar de manera equilibrada nuestras propias emociones, entender las de los demás, y utilizar esta información para guiar nuestra forma de pensar y nuestro comportamiento. Los indicadores de inteligencia, como el cociente intelectual, no explican plenamente la capacidad cognitiva porque no tienen en cuenta ni la "Inteligencia interpersonal" (la capacidad para comprender las intenciones, motivaciones y deseos de otras personas) ni la "Inteligencia Intrapersonal" ( la capacidad para comprenderse a uno mismo, apreciar los sentimientos, temores y motivaciones propios).

Tener un CI elevado no es una condición suficiente que garantice el éxito en la vida, es necesario algo más que una buena inteligencia abstracta para poder solucionar los problemas personales derivados de la emocionalidad, y de los problemas de relación con las personas próximas.

Es por ello que estamos interesados en enseñar a los niñ@s a que sean emocionalmente más inteligentes, dotándole de estrategias y habilidades emocionales básicas que les protejan de los factores de riesgo o, al menos, que palien sus efectos negativos.

El juego, la naturaleza, y la autobservación serán los aliados de dicho aprendizaje. Desarrollando competencias emocionales para su desarrollo personal. Un espacio donde relacionarse con los otros, a través de la escucha y la empatía, oyendo su propias necesidades y avanzando en confianza, seguridad y autoestima. Un lugar donde poder expresar sus angustias, sus miedos, sus inseguridades, pero también su tierna alegría, su entusiasmo y amor por la naturaleza y sus iguales.